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Judas y El Mesías Negro – Reseña de la película

Judas y El Mesías Negro (Judas and the Black Messiah) es la película de biográfica, drama e histórica dirigida por Shaka King (Newlyweeds). Está protagonizada por el nominado al Oscar Daniel Kaluuya (“Huye”, “Viudas”, “Pantera Negra”) como Fred Hampton y LaKeith Stanfield (“Atlanta”, “La Chica En La Telaraña”) como William O ‘Neal. La película también está protagonizada por Jesse Plemons («Vice», “Noche De Juegos”, «The Post: Los Oscuros Secretos Del Pentágono»), Dominique Fishback («The Hate U Give», «The Deuce»), Ashton Sanders (“El Justiciero 2″, «Moonlight» ) y Martin Sheen (“Los infiltrados”, Serie de TV «The West Wing», «Grace & Frankie»). El equipo creativo detrás de escena incluye al director de fotografía Sean Bobbitt («12 Años De Esclavitud», “Viudas»), el diseñador de producción Sam Lisenco («Shades of Blue»), el editor Kristan Sprague («Random Acts of Flyness») y la diseñadora de vestuario Charlese Antoinette Jones («Raising Dion»)

La película llegará a cines el 1ro de abril de 2021.

Sinopsis oficial de la Película

Fred Hampton tenía 21 años cuando el FBI —con la ayuda de William O’Neal, un criminal menor— lo asesinó. Sin embargo, el legado de Fred Hampton quedó intacto y 50 años después sus palabras aún resuenan más fuerte que nunca: ¡Soy un revolucionario! En 1968, Fred Hampton —un joven activista carismático— se convirtió en el presidente del partido Black Panther en Illinois. Su lucha exigía la libertad, el poder para determinar el destino de la comunidad, el fin de la brutalidad policial y detener la masacre de afroamericanos.

  • Dirigido por: Shaka King
  • Guion por: Will Berson, Shaka King
  • Producido por: Will Berson, Charles D. King, Ryan Coogler, Shaka King
  • Protagonizada por: Jesse Plemons, Daniel Kaluuya, Lakeith Stanfield
  • Género: biografía, drama e historia
  • Año: 2021

Opinión de la película “Judas y El Mesías Negro

Hay un viejo dicho de que «cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual» y si bien eso puede aplicarse a muchas cosas, ciertamente se vuelve más evidente al ver como se trata a las minorías en todo el mundo y particularmente en el país vecino, Estados Unidos de América. Casos como el asesinatos de George Floyd y las respuestas asociadas a este suceso muestran que las cosas son más o menos iguales en algunos aspectos. En esta historia nominada al Óscar se nos da una mirada cruda pero bien realiza que invita a la reflexión, tanto para recordar y evidenciar los eventos de la vida real en 1968 como en la actualidad.

 

Parte de la emoción de la película es ver esta una historia familiar pero donde se encarga a un joven que se infiltre en una organización considerada una amenaza para la sociedad. Es joven, todavía no está formado en muchos aspectos, lo que lo convierte en un operativo encubierto perfecto. También significa que cuanto más se adentra, más se conecta y se vincula con quienes lo rodean, aquellos a los que se le ha ordenado traicionar. la diferencia con esas películas, es que Bill O’Neill (LaKeith Stanfield) sería el héroe, el hombre atormentado que, sin embargo, lo está haciendo bien, mientras que Fred Hampton (Daniel Kaluuya) sería un tipo malo que tal vez, si tuviera suerte, se le permitiría un pizca de dignidad al ser derribado; nada mas alejado de la realidad que se vivio.

En el mundo real, Hampton era un organizador de derechos civiles de los años 60 en Chicago que hacía el bien por su comunidad, pero fue visto como un enemigo del estado por el jefe del FBI y tuvo que ser reprimido y aplastado por cualquier medio, incluido el asesinato directo. Mientras que O’Neill era solo un delincuente menor en el lugar equivocado en el momento equivocado que terminó proporcionando información sobre las Panteras Negras a un agente del FBI ocasionalmente ambivalente (Jesse Plemons). El director Shaka King, que trabaja a partir de un guión que coescribió con Will Berson, da vida a esos tumultuosos eventos que demuestran que las cosas realmente no han cambiado tanto. Aquí hay una historia apasionante y una lección de historia importante que contar, y es difícil culpar a la película por elegir la historia sobre el drama.

Pero eso si, la historia no gira solo en Hampton (increíblemente interpretado por Daniel Kaluuya), sino que también se centra en Bill O’Neill (Lakeith Stanfield) quien aunque se retrata su difícil situación como agente encubierto rara vez se va más alla ya que después de pasar una de las primeras pruebas, nunca se sospecha de su lealtad (Me atrevo a decir que los Panteras Negras definitivamente tenían un problema en cuanto a ser demasiado confiados). Mientras que Hampton, es una fuerza expresiva de la naturaleza y la película lo deja más como un símbolo para admirar que como un hombre para comprender. Por suerte, su relación con la poeta y activista Deborah Johnson (Dominique Fishback) proporciona otra arista mas de su vida, tan interesante es esta arista que esa misma contradicción entre su personalidad pública donde proclama que no tenía miedo de morir por la gente con su vida privada donde forma una familia teniendo dudas de seguir con la lucha, podría haber sido una película en sí misma.

Y si, hay dos mujeres que debemos destacar, Dominique Fishback como Deborah Johnson y Dominique Thorne como Judy Harmon, quienes logran robar el centro de atención dentro de los límites de un guión que a menudo minimiza sus contribuciones. Hay demasiados momentos en los que Johnson, en particular, está escrito como el «interés amoroso preocupado», un estereotipo mal usado en una película tan subversiva pero la capacidad de Fishback interactuando con Kaluuya mientras establecen su romance es lo que realmente funciona aquí, ya que puede desafiar e incluso inspirar a Hampton sin perder el impulso de lo que finalmente los atrae el uno al otro. Es una pena que no tenga mucho más que hacer aparte de apoyar las ambiciones de Hampton. Por el contrario, Thorne simplemente no está lo suficientemente en la película, aunque destaca en dos escenas particularmente emocionantes, que incluyen un tenso interrogatorio de O’Neal y un tiroteo de alto riesgo.

Esta película hace tan bien a la hora de evocar un tiempo y un lugar que a veces estos defectos se sienten menos como fallas en la narración y más como las limitaciones de una película de dos horas. La única vez que la película realmente tropieza es con las edades de los protagonistas, ya que tanto Hampton como O’Neill tenían apenas veinte años, eran jóvenes enojados que se enfurecían contra un mundo que ni siquiera les dio las mismas oportunidades que a otros.

A pesar de algunas de las pocas oportunidades perdidas, Judas y el Mesías Negro es una película poderosa, con grandes actuaciones y una historia mas que relevante. Y lo mejor es que no importa si no sabes nada del legado de las Panteras Negras; Judas y el Mesías Negro es una de las formas más entretenidas e incisivas de entrar en toda esta historia.

Lo Bueno:

  • Las actuaciones poderosas de todo el cast.
  • Una historia que sigue siendo actual.
  • A pesar de tratar un tema tan fuerte es lo suficientemente hábil para no sentirse como una película «densa»

Lo Malo:

  • Algunas inconsistencias históricas.

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Calificación

100 - 90%

90%

Judas y El Mesías Negro es una película que te invitará a la reflexión acerca de los problemas raciales actuales y con suerte, activará algo de revolución en ti.

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Moisés García

Mitad caballero, bohemio y embustero; algo soñador y poeta. Cinéfilo y Fotógrafo. Fan de Andy Kauffman.

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