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Yo Capitán – Reseña de la película

Yo capitán: un viaje sin filtros de la migración africana hacia Europa

Yo capitán ofrece una mirada épica y sin filtros al drama africano, en busca del sueño europeo. El filme, de Matteo Garrone (Gomorra), que abandera el nombre de Italia en la categoría de Mejor Película Internacional en los Óscar, navega por un mar de desafíos humanitarios, que ahogan los sueños de cientos de personas en las aguas del Mediterráneo. La odisea de Yo capitán, de hecho, no dista del devorador tren de La Bestia, que toman los migrantes centroamericanos y que atraviesa México para llegar a Estados Unidos.

¿De qué va ‘Yo capitán?

El relato es una crítica implícita a la política migratoria, uno de los talones de Aquiles del viejo continente. Garrone nos suelta preguntas al aire para sacudir la pasividad, más allá de los políticos: ¿nos hemos parado a pensar, aunque sea cinco minutos, en las historias detrás de cada migrante? ¿Qué fuerzas impulsan sus decisiones, a menudo tan desesperadas? La película nos invita a sumergirnos en un baño de empatía, a refrescar la mente y abrir nuestros ojos a la realidad detrás de cada individuo, quien busca simplemente un derecho universal: un hogar digno.

El cineasta, en este sentido, centra su narrativa en dos chicos senegaleses, Seydou y su primo Moussa (Moustapha Fall), los cuales llevan la camiseta bien puesta, del Barça y del Real Madrid, respectivamente. Esta elección no es simplemente estética, sino que simboliza la conexión profunda que muchos africanos mantienen con el fútbol, sobre todo el español, como un rasgo de identidad. Aunque, en la cinta aspiran a ser cantantes porque el ritmo también lo llevan en la sangre. Al inicio, hay escenas folclóricas que se agradecen y capturan, a grandes rasgos, la esencia de la cultura senegalesa, donde el Mbalax resuena con fuerza a través del baile con un movimiento de piernas imparable.

Yo Capitán, por ello, narra la travesía de Seydou y Moussa desde Dakar hasta Trípoli (Libia), punto de partida para dirigirse a su lugar de ensueño: Sicilia, Italia. Este camino toma un rumbo onírico que nos recuerda, guardando las distancias, a Las mil y una noches, pero a diferencia de los cuentos de Scheherazade, los protagonistas se encuentran inmersos en una realidad despiadada, en donde las torturas, los estafadores sin escrúpulos, los robos y las muertes marcan el paso.

La esperanza en carne y hueso

En especial, el personaje de Seydou es quien lleva el peso del largometraje y aplaudimos la interpretación soberbia del actor senegalés Seydou Sarr. Es la viva representación de la esperanza y borda a un joven agotado que, pese a las adversidades, no pierde la fe en que el esfuerzo dé sus frutos. Su inocencia y chispa sacuden, a su vez, el drama que opaca su destino y el papel del joven como capitán no solo es simbólico, sino también inspirador. Funge como un líder con valentía y determinación hacia un futuro que no deja de imaginar y transmite ese optimismo al resto de la tripulación de un barquito que se cae a pedazos y apenas hay espacio para respirar.

La historia se nutre con una fotografía impactante de Paolo Carnera, la cual refleja la belleza y crudeza de estas siluetas, que caminan sin identidad por el África Occidental. Cada imagen está cargada de simbolismo, desde el milenario Baobab- el árbol sagrado de África que representa la resistencia- pasando por el árido desierto del Sáhara hasta los rostros de dolor, esperanza y resiliencia. Todo ello, acompañado de la música del maliense Samba Touré, que con las cuerdas de la kora, nos transporta hasta el corazón del continente negro con su ritmo vibrante y evocador.

Valoración de ‘Yo capitán’

Yo Capitán es, en esencia, tan desgarradora como necesaria. Desde la comodidad del asiento de un avión, donde el mapa del mundo se proyecta en la pantalla frente a nosotros, el viaje de Senegal a Italia puede parecer un mero trámite, un recorrido corto y sencillo. Sin embargo, para miles y miles de personas es, a menudo, una odisea eterna e incluso imposible. La película de Matteo Garrone nos recuerda que detrás de cada línea en el mapa hay historias humanas en búsqueda de un futuro mejor. No busca la compasión, sino más bien mirar más allá de nuestras fronteras y privilegios. Imperdible.

Autora: María Fernández Rehberger (@meryfernanrehbe)

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Johanna Ramírez M

Viviendo una locura a la vez. Tratando de hacer de esta vida imperfecta, algo perfecto 🐇❤

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